
La épica de

TEATRO

De acuerdo con los teóricos, el teatro nace en la antigua civilización griega; sin Embargo, la mayoría de estudios afirman que las primeras manifestaciones teatrales surgen en la prehistoria, cuando el hombre se cubría con pieles de animales e imitaba los movimientos de las fieras que iban a cazar, estas dazas mímicas eran una especie de ritual.
De igual modo puede considerarse, en el estudio de los orígenes del teatro, a las antiguas ceremonias religiosas celebradas en torno a la agricultura, en las que se incluían cantos, danzas y recitaciones oraciones elaboradas para ser presentadas antes el público.
Fiestas en honor a Dionisio se celebraban al principio y al final de la siega, los griegos en ellas les pedían a Dionisio que el campo fuera fecundado para logra buenas cosechas; aunque el ditirambo no tenía intención teatral sino religiosa fue la base que propicio la teatralidad es decir la presentación de un hecho.
Al principio, la escenificación de las obras estaba a cargo de un solo actor, quien se colocaba sobre masa junto al altar de Dionisio para dialogar con los coreutas, luego se incrementa el número de actores . La construcción de los espacios para representaciones teatrales también experimenta una metamorfosis que va desde las ediciones con madera en pequeñas dimensiones.
Los géneros más desarrollados en el teatro griego fueron la tragedia y comedia donde se destacaron a las virtudes de los dioses, reyes héroes.
Sabemos que hacia el siglo V a.C. se celebraban en primavera unas fiestas llamadas "Grandes Dionisíacas" en honor a Dionisos y en las que había ya representaciones teatrales, especialmente tragedias, y que más tarde fueron incluyendo comedias y dramas satíricos en su repertorio. Las fiestas comenzaban con una especie de procesión en honor al dios en las que un sacerdote montando en un barco y acompañado por flautistas representaba a Dionisos.
En Roma se introdujo su culto con el nombre de Baco, aunque también lo llamaron Liber que significa: Liberador de sufrimientos y agonías. Se le considera el dios del vino, el dios que simboliza la sinrazón, la parte irracional del ser humano, lo instintivo, las pulsiones irracionales contrariamente a Apolo que simboliza la razón, la medida, el orden y la luz frente a la oscuridad, el caos y la embriaguez de lo dionisíaco,

TRAGEDIA GRIEGA
SÓFOCLES
Colono, 496 a. C. - Atenas, 406 a. C. - fue un poeta trágico griego. Autor de obras como Antígona y Edipo rey, se sitúa, junto con Esquilo y Eurípides, entre las figuras más destacadas de la tragedia griega. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género.
Temáticamente, el teatro de Sófocles recurre al antiguo mito de las sagas heroicas, tal como reflejo de la tradicional vinculación entre el teatro y sus orígenes religiosos. De hecho, del total de 33 tragedias conservadas pertenecientes al siglo V a. C., nada menos que 24 se centran en cuatro grandes sagas de personajes mitológicos (la Troyana, la de Tebas, la de Micenas y la del argivo Heracles). Parece que en estas sagas mitológicas se concentran de manera simbólica, mediante traslaciones metafóricas más o menos conscientes, los principales arquetipos del comportamiento humano. Es probable que en época de Sófocles los núcleos míticos tradicionales ya hubieran alcanzado un grado notable de complejidad: por ejemplo, en la saga de Edipo pueden estar superpuestos o entrelazados diversos elementos míticos: el niño que es expuesto en el monte (trasunto metafórico de la criatura de origen divino); el éxito y la ruina de Edipo (traslación del ciclo del crecimiento y muerte de la naturaleza); o el conflicto entre Edipo y Layo, que no sería el tema del «conflicto de generaciones». En cualquier caso se puede llegar a pensar que los antiguos dramaturgos, sobre todo en el caso de Sófocles, se percataron de que los mitos poseían una fuerza especial que los hacía singularmente aptos para darles un tratamiento poético y dramático.
De otro lado, el mito posee una rica versatilidad que facilita múltiples maneras de aproximación. De hecho, el propio Sófocles le da un tratamiento personal y a veces libre. Un ejemplo de ello es la comparación entre el Filoctetes de su obra homónima y el otro Filoctetes de la Pequeña Ilíada, además de otros personajes como el papel que otorga a Crisótemis de su tragedia Electra, a Ismene en su Antígona o al propio Neoptólemo en su Filoctetes.
Otros aspecto importante es el que se refiere al papel de los oráculos y la presencia de los dioses en sus dramas. Así en Ayante, aunque propiamente no existe un oráculo, el divino Calcante3 vaticina que el héroe es juguete de la ira y de la burla divina.